¿Os cuento por qué me hice farmacéutica?

Que yo recuerde, desde que tuve uso de razón, quise ser farmacéutica. Y no una cualquiera, sino una de esas que lo son por devoción.

Creo que me enamoré de la profesión veraneando en la provincia de León, en Matallana de Valmadrigal. Con sólo 7 años de edad, iba todas las tardes a ayudar a don Eugenio en su farmacia (“se lo he dejado todo como una patena, don Eugenio”). Bueno, y por mi padre, que repetía hasta la saciedad “esta neña tien que ser farmacéutica“.

Conocí a mi marido cursando los estudios universitarios en Santiago de Compostela. Él fue lo primero que vi en cuanto llegué al campus, ¿os lo podéis creer?

Tras concluir mis estudios de Farmacia y Óptica, comencé a trabajar en una óptica en Oviedo con los doctores Fernández-Vega. Les estoy muy agradecida, allí aprendí un montón. Un compañero que se llamaba Emilio me explicó todo sobre la óptica.

Cuando concluimos nuestros estudios, aún siendo novios, un día me dijo: “hay una farmacia a la venta en Reinosa”. Reinosa, que en aquel entonces a mí sólo me sonaba del canturreo con las monjas: “el río. Ebro nace en Fontibre, cerca de Reinosa, provincia de Santander”. Y pensamos: “pues cogemos la farmacia”, “pues nos casamos”, “pues nos vamos”.

Y aquí seguimos. Nos reprodujimos y tenemos tres farmacéuticos más (bueno, uno de ellos aún está en el horno, veremos a ver qué pasa). Los años pasan y seguimos a pie de mostrador. En la actualidad mi marido está al frente de la farmacia que fue de su madre, en Torrelavega. Yo sigo con la farmacia de Reinosa. 

Os enseño mi farmacia desde el punto de vista de dos grandes artistas campurrianos:

Alberto Gallo (esto nos encontramos)

Alicia Cañas (así estamos)

 

Si os acercáis por Reinosa (y deberías, merece muy mucho la pena), veréis mi farmacia desde la plaza del ayuntamiento:

Y después de una larga travesía, damos el salto a internet. ¿Quieres conocer nuestra flamante tienda online?

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